Elegante, instintivo, intenso, locuaz... Raynald Colom sacude el panorama jazzístico con Evocación; un compendio de buenas canciones donde el peso melódico reafirma las dos caras creativas de uno de los trompetas importantes del país: mucho jazz para un disco lleno de flamenco. Evocación.

Quim Cabeza: Barcelona, Nueva York, Terrassa y Vic; cuatro ciudades de referencia...

Raynald Colom: Barcelona es donde me he criado musicalmente; donde vivo en la actualidad; donde están mis amigos, y la ciudad del mundo que me más me gusta. En Nueva York están las raíces de la música que hago. Es una ciudad que me fascina, donde tengo muy buenos amigos –la mitad de los músicos que aparecen en este disco viven en Nueva York- y donde, posiblemente, viviría si no estuviese en Barcelona.

En Terrassa viví desde los once hasta los dieciocho años; una franja de edad muy importante. Así que en Terrassa he crecido; he visto y escuchado mucho jazz y es, por tanto, otro referente importante en mi vida.

Todavía estando en Francia [Raynald nació en Toulouse y se trasladó al cabo de unos años a Barcelona] mis abuelos se compraron una casita cerca de Vic -la ciudad donde viven actualmente mis padres-, y donde he pasado muy buenos momentos en mi infancia.

QC. Entonces, ¿te motiva especialmente el hecho de presentar el disco en el Mercat de Música de Vic?

RC. Me apetece mucho, porque negarlo. Con Evocación siento un grado de implicación muy importante..., con su música, con todo lo que ha envuelto al disco. No es que con los dos anteriores trabajos no siéntese esa implicación pero, no sé, con este siento que me he acercado mucho a lo que realmente había pensado previamente.

QC. ¿Podríamos decir que con este tercero has conseguido ese punto de madurez...?

RC. Supongo que es la lógica progresión de la edad... Realmente lo único que pretendo es hacer música, sentirme a gusto con lo que hago en cada momento. (...) Actualmente he encontrado en el jazz, en el flamenco, en la música sefardí, en el mediterráneo, en África, en Asia, en Europa... suficientes alicientes.

QC. Y es que escuchando el disco puedes oír jazz, flamenco...

RC. Si hablamos de jazz, en estos momentos estoy escuchando a Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Duke Ellington... ¡A los grandes! Por otro lado me apasiona la música que viene de Mali, ya sabes, a gente como Ali Farka Touré, Oumou Sangaré... ¿Flamenco? Sigo escuchando a Camarón, a Rafael Riqueni... Me encanta la música Palestina de los sesenta, de los primeros colonos que llegaron a Israel... ¡El tango me apasiona! Realmente me interesa la música de raíz, la música que tiene entrañas, vísceras y corazón. Estamos en el siglo XXI, vivo en el barrio del Raval de Barcelona donde con sólo asomarte a la ventana puedes oír música asiática, flamenco, jazz provinente del Taller de Músics, música cubana, los catalanes queponen lo suyo... Sin querer toda esa información te llega, te influye...

QC. Hablemos de los temas que aparecen en el disco. Empezamos por el principio...

RC. Le comenté a La Tremendita que quería hacer un martinete con ‘Evocación’, ya sabes, un canto de fragua, ir a lo más “jondo”... A los músicos les expliqué el patrón -muy sencillo en arreglos, con un par de notas...-, pero en ningún momento me planteé hablarles de lo que era realmente un martinete. ¡Y surgió! Ocurrió el último día, a las diez de la mañana. La ‘Evocación’ fue lo último que grabamos: fueron dos tomas; las dos que aparecen en el disco.

QC. Las letras de ‘Evocación’ son tradicionales...

RC. La letra de ‘Como el cielo, las estrellas’ es de La Tremendita; en el caso de ‘Evocación’ el texto es tradicional. Se parece mucho a una letra que escribió Manuel Mairena (hermano de Antonio Mairena) para un canto tradicional de fragua.

QC. ‘Toulouse’ tiene otro cariz; en momentos tiene un regusto a banda sonora...

RC. Claude Nougaro es uno de los grandes poetas de la Francia del siglo XX. Un tipo que trajo música africana a la Francia de los sesenta. Un tipo que puso letra a temas de Hancock, y Charles Mingus... Creo que escuchando ‘Toulouse’ puedes, de algún modo, conocer la ciudad. Toulouse tiene un regusto a jazz, a música clásica... Creo que es eso lo que transmite el tema original. La presencia del bandoneón está totalmente justificada en este tema: por Gardel y su relación con Francia; por Richard Galliano... No es fortuito, por tanto, el excelente trabajo de Marcelo Mercadante.

QC. Hablemos de tu relación con Juan Gómez “Chicuelo” y de cómo surge la posibilidad de trabajar tan estrechamente con él para este disco...

RC. Todo devino tras un intenso trabajo conjunto en Japón junto a la compañía de danza de Shoji Kojima, un bailaor japonés. De todo el repertorio, siempre me había gustado especialmente una soleá de Chicuelo que hace mucho tiempo que Kojima utiliza en su espectáculo. Y pensamos en ella como punto de partida. ‘De Vuelta’ surgió tocando un día en mi casa; pensando en una bulería... La introducción de ‘Toulouse’ también es del propio Chicuelo; inicialmente pensé en una idea pero acabó convenciéndome... (...) Para la revisión de ‘Sanctuary’ -un tema enormemente jazzístico y complejo-, Chicuelo consiguió un diálogo fantástico con el “espacioso” piano de Aruán; ¡fue realmente increíble! La introducción para el ‘Como el cielo, las estrellas’ surgió de una idea que Chicuelo tenía para el gran bailaor Israel Galván.

Así, fueron surgiendo ideas... Posteriormente entró La Tremendita en el proyecto. Debo decirte que el resto de músicos escuchó por primera vez la música de Evocación un domingo de junio; el lunes ensayamos a fondo para entrar a grabar el martes; tres días de estudio y listo. Siempre he pensado que si hubiésemos grabado en otro momento, de otro modo...el resultado habría sido totalmente distinto. No sé si habrá sido premeditado el hecho de que un disco tan evidentemente jazzístico y al mismo tiempo tan flamenco tenga un plantel de músicos que hacen esto evidente. Por un lado Aruán Ortiz (piano), Omer Avital (contrabajo), Eric McPherson (batería), Gabriel Amargant (saxo), y Roger Blavia (percusión), y por el otro Juan Gómez Chicuelo, Rosario Guerrero La Tremendita (cante) e Isaac Vigueras (cajón).

No es intencionado. De hecho y desde un primer momento intenté que todos estuvieran integrados en el proyecto del mismo modo. Si bien es cierto que existe esa dualidad, la realidad ha sido que todo se mezclase a través de la música. La Tremendita dijo algo al respecto que me encantó: “lo que está ocurriendo aquí no es una fusión de músicas sino de músicos”. Tiene mucha razón.

Hay un par de versiones importantes en este disco: el comentado ‘Sanctuary’ de Wayne Shorter. Y el ‘Zyriab’ de Paco de Lucía. Quisiera saber por qué razón escogiste estos temas... ‘Sanctuary’ siempre ha sido un tema que melódicamente me ha gustado mucho. ¡Es “cante” puro! Es por esta razón que siempre le he encontrado un vínculo con el flamenco. Y ‘Zyriab’ lo escogí porque siempre lo he considerado un standard. Este hecho hizo que, desde un inicio, plantease el tema con un quinteto de jazz al uso. Además, tenía ganas de perderle el respeto a un tema tan referencial. Siempre he tenido la sensación que Paco de Lucía y Monk tienen planteamientos musicales parecidos. Es más, sé que el disco ha llegado al “maestro”. No me preguntes qué le ha parecido porque aún no sé su respuesta...

Decididamente Vic es una ocasión espléndida para absorber un montón de música de calidad en poco tiempo y en unas condiciones inmejorables, buena organización, mejor ambiente y un entorno que al menos para un servidor es más cómodo que los grandes festivales de verano.

Sólo me referiré a los tres conciertos a los que asistí enteros, en los otros casos no creo justo valorar a un grupo por cinco minutos de escucha. Vamos allá. A las 8 y media en el Instituto del teatro (buen sitio aun que los músicos hubiesen preferido que estuviésemos de pie), ¡que manía tiene la gente en que sentados no se disfrutan los conciertos! El grupo de pop- folk se hacen llamar El petit de cal Eril, guitarra, bajo, batería (un muy buen batería por cierto) y un tipo a los "sonidos" fabrican un folk psicodélico que en un principio (debido a la voz del cantante) se parece a Antonia Font, pero después va ganando personalidad y resulta ser una apuesta bastante interesante, que pena que el cantante se empeñe en demostrar que aunque no lo parezcan son la hostia de originales y en ningún caso hacen música "accesible", por favor hacéis canciones y no pasa nada por que sean accesibles, relajaros, no todos vamos a ser Antoni Braxton. A las 11'15 en el Cinema Vigata à el trompetista Raynald Colom presentaba Evocación, una propuesta arriesgada donde se acoplan flamenco y jazz, sin llegar a fundirse.

Raynald está intentando tocar muchos palos y no es fácil, mientras todavía está caliente su último trabajo Sketches of groove (Fres sound, 2008), ahora da un giro sin red y entra en un proyecto ambicioso, empezar con La tremendita cantando un martinete acompañada de Roger Blavia y rematarlo con la trompeta es un plato original pero arriesgado, creo que el público valoró la propuesta y la sala (bastante llena y con una sonoridad correcta) respondió correctamente, acompañado de músicos de jazz, Aruan Ortiz al piano (al principio parecía que no tenía sonido) pero después tuvo sus momentos creativos, Eric McPherson a la batería y los jóvenes Matt Penman al contrabajo y Gabriel Amargant (saxofonista a seguir de cerca), por la parte flamenca además de Rosario Guerrero La tremendiata, estaba Chicuelo a la guitarra que estuvo muy bien en las fusiones de estilos.

Para cerrar la noche otra apuesta curiosa, Balkatalan Experience, tres DJs destilando música balcánica, dos VJs ofreciendo combinaciones de imágenes balcánicas y otras combinaciones que solo surgen de aquellas mentes que aman la música sobre la que trabajan y El Perla como animador del evento (que pena que mi buen amigo Juanjo El Perla, estuviese en baja forma, se notó) a pesar de este detalle el público estuvo receptivo a la propuesta y por lo menos a un servidor le daban ganas de subirse con ellos al frenesí propuesto.

El trompetista y compositor de jazz afincado en Barcelona Raynald Colom está presentado su disco en diversos escenarios, entre ellos el Mercat de Vic, el pasado sábado, y la sala Charada de Madrid, el martes día 22. Posteriormente lo hará en la Nova Jazz Cava de Terrassa, el día 26.

Su disco, que ha servido, junto al del saxofonista Raül Reverter ‘Trop’s in jazz’, para inaugurar un nuevo sello discográfico, Adlib arts, que dirige Martí Perramón, ha sido unánimemente elogiado por la crítica y por sus propios colegas.

Colom extrae originalidad de la veta flamenca, pero cuenta con un sólido bagaje como jazzista. Alumno de Wynton Marsalis recibe influencias de distintas tradiciones, desde la afrocubana a la sefardita. El disco toma mucho carácter con la guitarra de Chicuelo o el cante de La Tremendita, con una formación integrada por Aruán Ortiz, Omer Avital, Eric McPherson, Biel Amargant y Roger Blavia, amén de otras colaboraciones, que le proporciona un gran empaque.

El disco está distribuido comercialmente por Harmonia Mundi.

Un valor en alza. El trompetista Raynald Colom presenta su tercer disco, Evocación. Ray n a l d , que maduró su estilo en sesiones con Randy Brecker y Robin Eubanks, permite que músicas como el flamenco, la sefardita y la afrocubana sobrevuela en sus composiciones.

Acaba de presentar su nuevo disco, Evocación, en el Grec 09, justo después de triunfar en el Festival de Montreal. El próximo martes protagonizará, en el auditorio de La Pedrera, el concierto inaugural de la exposición El segle del jazz, y también estará presente en el proyecto liderado por el guitarrista Chicuelo que el 2 de agosto rendirá homenaje, en Peralada, al 30 aniversario de la publicación del histórico disco de Camarón, La leyenda del tiempo.

A Raynald Colom no hay quien le pare. Hace ya tiempo que el trompetista catalán ha dejado muy atrás aquella ubicua catalogación de «joven promesa», para convertirse en una de las realidades más firmementes consolidadas de un panorama musical que -crisis al margen- atraviesa uno de sus mejores momentos.

Una realidad que se escabulle de etiquetas y que vuela libre, a la búsqueda de un lenguaje propio de altos vuelos, cuya gramática ha aprendido, en buena parte, en las musicales calles del Raval barcelonés, donde vive. En Evocación, su tercer y último trabajo discográfico, un Raynald Colom en plena expansión creativa, traza claros puentes entre el jazz y el flamenco. El periodista y escritor David Castillo ha escrito de él que su trompeta era «profunda y ligera, de gran intensidad y al mismo tiempo, vertiginosamente metafísica».

Raynald Colom es como un galgo. No sólo por su porte, enjuto y elegante, o por su velocidad de crucero a la hora de ir superando (que no quemando) etapas en eso de trazar una trayectoria musical. También por la casta. Es hijo de jazzman y eso, sin duda, marca alguna cosa. «Crecí escuchando Miles ahead y eso era lo natural para mí. En el cole me parecía raro que los otros niños no oyeran esas cosas», recuerda ahora, el músico.

Nacido en la ciudad francesa de Vincennes, en 1978, a los cuatro años comenzó a estudiar violín en el conservatorio de Créteil, pero a los ocho sus padres le regalaron una trompeta y el violín no volvió a salir de su funda. En 1988 la familia regresó a Barcelona, donde el joven Raynald cimentó las bases de la que hoy está siendo una de las trayectorias más destacadas del efervescente panorama jazzístico catalán.

«Yo aprendí a tocar la trompeta en la calle. Ese es mi auténtico backgroung, más que el de los conservatorios por los que iba pasando», reconoce el trompetista, que empezó su carrera tocando como freelance al lado de músicos como Albert Bover, Randy Brecker, Jesse Davis, Horacio Fumero o Perico Sambeat. Antes de ello, sin embargo, tuvo tiempo de viajar con una beca al Berklee College of Music de Boston y a asistir a un seminario con Wynton Marsalis, una experiencia que, para Colom, fue como «tener un primer contacto con la realidad. Marsalis me abrió puertas, sobre todo a la hora de entender la tradición».

Luego, en 2000, llegó el bautizo (escénicamente hablando) definitivo: participar, durante cuatro meses, en la gira sudamericana de presentación de Clandestino, junto a Manu Chao. «La experiencia con Manu me aportó el concepto del show, me enseñó a darlo todo en el escenario», reconoce el músico, que en los años siguientes militó también en las filas de la European Youth Orchestra, en el sexteto de Perico Sambeat y colaboró con el grupo de música electrónica Wagon Cookin.

No resulta sorprendente, pues, que Raynald Colom se manifieste claramente en contra de estilos y etiquetas. «Definir la música es una obsesión de los críticos, pero cuando yo me meto en un proyecto no me planteo de qué estilo se trata. Si es música de verdad, me interesa. Yo vivo en el Raval y en la calle, cada día, escucho flamenco, rap, música de Indochina, de Argentina, de Mali... Y cuando escuchas todo eso, te das cuenta que todo está relacionado. La música de raíz es un todo», afirma.

Con todo ese bagaje a cuestas, y con el jazz como base creativa, en 2005 se lanzó a su primera aventura personal. Ese año presentó su primer disco, el aclamado My 51 minutes (Fresh Sound New Talent), que incluía nueve temas propios y algunas versiones. Tres años más tarde, y después de nuevas experiencias musicales que le llevaron a descubrir la que hoy es su otra pasión artística, el flamenco, presentó su segundo álbum, Sketches of groove, igualmente aplaudido. Pero salió el disco y él puso rumbo a Nueva York de nuevo, «esta vez como músico. Y fue una experiencia tremenda, porque en esa ciudad te ves realmente como eres, porque estás solo».

Volvió al cabo de unos meses y ahora presenta, con nueva compañía, Ad Lib Arts, esta sugerente tercera entrega, Evocación, en la que entra de lleno a dialogar con el flamenco, esa música que tanto le ha conquistado, que ya ni siquiera la ve como una fusión. «En el flamenco hay una alegría de tocar que el jazz ha perdido», afirma el músico, que ha contado para este trabajo con la estrecha colaboración del guitarrista Chicuelo, su maestro en el género.

Una relación que se inició cuando el guitarrista fichó al joven trompetista para colaborar en el disco de Duquende Mi forma de vivir. «Recuerdo que cuando le conocí, Chicuelo me dijo: «Te llamaré». Yo pensé que era una de esas cosas que se dicen por decir, pero lo hizo. Y cuando llegué al estudio me mostró un tema y me dij: «Esto es una alegría y quiero que le hagas una intro. No importa que no sepas nada de flamenco, hazla a tu estilo», cuenta Colom. Ahora, las cosas han cambiado un poco y el jazzista ya sabe «un poco» de flamenco. «Todo lo que sé lo he aprendido de Chicuelo. Él me ha enseñado mucho, pero, sobre todo, me ha enseñado la importancia de una sola nota».

Planteado como «una revisión del pasado, para extraer de él algo nuevo», Evocación quiere ser, para su autor, una forma de unir «dos mundos que son muy parecidos, puesto que se trata de dos músicas de calle, reivindicativas». Un trabajo «muy colectivo» que incluye tres temas firmados por Chicuelo y la presencia de la cantaora flamenca Rosario Guerrero La Tremendita.

Todo un salto estilístico y estético para uno de los exponentes más destacados y carismáticos de una pujante generación de jóvenes músicos catalanes. «La escena catalana ha crecido exponencialmente en los últimos años. Hemos pasado de no tener nada a un momento en el que el nivel musical es enorme. De todos modos, yo creo que el jazz en Cataluña aún está en la fase de pubertad», opina el músico.

No obstante, Colom ve con optimismo el futuro. «Yo creo que si algo tiene en común esta generación es que hemos entendido que, aparte de hacer música, y hacerla bien, hay que crear una industria», asegura. «Cada uno con su estilo, estamos empezando a hacer algo que ya pasa en Francia y Alemania. Y espero que con las generaciones que vengan detrás la escena local crecerá todavía más».

Por lo que a él respecta, Raynald Colom tiene claras cuales son sus prioridades. «Hacer música porque sí, no lo entiendo. El deber de todo artista es hacer música, de la mayor calidad posible, y que haga pensar a la gente», concluye.

Després de la bona acollida dels seus dos primers treballs, publicats el 2004 i el 2007, el trompetista català Raynald Colom (Vincennes, 1978) torna a la càrrega amb Evocación, on ha aplegat músics de la seva recent etapa a Nova York. Incorporant estils i maneres de sentir, hi podem trobar el guitarrista flamenc Chicuelo, la cantaora Tremendita, amb Aurán Ortiz al piano, Omer Avital al contrabaix, Eric McPherson a la bateria, Biel Amargant al saxo i Roger Blavia a la percussió. El disc fa perdre l'alè.

Què és el que evoca en el nou disc? El que evoco és la música en estat pur, el que m'agrada del jazz, les tripes i el cor, i el que m'agrada del flamenc, que són també les tripes i el cor. La fórmula és a partir dels músics de Nova York i els d'aquí. Evocar el passat per crear una música de tripes i cor.

La combinació és com una mena d'artefacte explosiu? Sobretot per la Tremendita, la cantaora que intervé al disc [riu].

Quina és la diferència entre Evocación i els seus dos primers discos? És amb el que em sento més identificat, on he arribat més lluny i on crec que hi ha una música de maduresa. Suposo que és un recorregut lògic, haver desembocat aquí per la bona acollida que van tenir My fifty one minuts i Sketches of groove. Amb Evocación he anat on volia anar. És on em reconec des d'un àmbit conceptual.

Potser d'una manera més personal. Sí, no ha sigut un treball d'agafar d'aquí i d'allà sinó que tenia clares les coses que volia expressar.

¿L'experiència a Nova York hi ha tingut a veure? Moltíssim. Nova York és com un mirall que et reflecteix la creativitat. O et dóna el que tu sents o et fa plegar perquè el que et sortirà no serà de veritat. Em vaig trobar amb moltes idees, de bones i de dolentes. De tot plegat n'he tret una lliçó.

Què implica anar a la capital del jazz i intentar trobar un espai? És fàcil perquè l'espectre és més ampli que a la resta del món. No hi ha tantes tonteries com aquí. La relació es basa en el respecte i tothom està més receptiu. Actualment és el lloc on resulta més fàcil fer música.

¿No pateix la síndrome del jazz com una música d'avantguarda, elitista, feta per als crítics? Per mi no és un problema. La música és música i no pretenc sortir d'aquí. Quan veig col com Macaco, que s'han fet molt famosos, amb tot el respecte del món, veig que no és difícil acabar-te convertint en un producte. No m'interessa. Sabem que el jazz és una música minoritària com el flamenc, però la clàssica és encara més minoritària, per desgràcia, i ningú la discuteix. No em preocupa perquè si intentes fer música de qualitat sempre tindràs un públic.

Quin és el problema dels músics d'aquí? El principal és que alguns músics volen ser elitistes i underground alhora per poder accedir a un estatus d'artistes. A mi no m'interessa gens.

Quin és el seu interès? El que vull és que la gent m'escolti i li agradi. I quan menys sàpiguen, millor. El que m'interessa és la seva resposta directa, com quan jo vaig al cinema i m'agrada una pelaltre condicionant.

Això ja ho deia John Coltrane. ¿Busca la primera lectura, la primera sensació? Quan llegeixes un llibre, mires un quadre o veus una pelque no. El que no vull és tenir prejudicis. Amb el temps acabes escollint el que te la posa més dura. Quan començo a veure molts músics als meus bolos sé que no vaig en la direcció adequada. Vol dir que la música que estic fent no va bé.

Les seves peces sovint són enèrgiques, però també introspectives, intimistes. Potser retraten aspectes del meu caràcter. De fet, sóc bastant solitari. Quan escrius els temes és com si necessitessis mantenir-te aïllat per poder-ho vomitar tot després. És un procés introspectiu fins que ho tens tot dins el cap. En el moment de tocar en directe és diferent, t'has d'obrir.

Com es gesta un disc? Has d'estar amatent a veure el que et donen els altres, entrar dins el concepte de tocar junts. En el moment de compartir l'estudi, en el cas d'Evocación, va ser una experiència bèstia perquè eren músics ben diferents i amb una personalitat accentuada. D'una banda hi havia els músics de Nova York, que tenen una mala llet característica que m'encanta. De l'altra, hi havia els músics d'aquí, amb talents com Chicuelo i la Tremendita. La barreja va ser brutal. Es tenien un gran respecte i vam tenir una necessitat de tocar junts, cosa que no sempre passa. A més, va passar sense coordenades massa preestablertes.

El trompetista Raynald Colom traza puentes entre el jazz y el flamenco en su último álbum Evocación. Se trata de su tercer disco como líder y el primero en el queincide de lleno en territorio jondo, aunque con anterioridad ya había participado en la grabación del álbum Mi forma de vivir del cantaor Duquende, y asimismo había colaborado estrechamente con el guitarrista Juan Gómez Chicuelo en su disco Diapasión.

Autor de un tema (‘De ida’) y coautor de otros dos junto a Colom (‘Y vuelta’ y ‘Como el cielo, las estrellas’), Chicuelo es el principal colaborador con que ha contado el trompetista a la hora de perfilar este trabajo que se presentó el pasado sábado en la plaza del Rei, y en cuya formación hubo que consignar algunos cambios con respecto a los músicos que intervinieron en la grabación. Así, no estuvo ni el contrabajista israelita Omer Avital ni el baterista norteamericano Eric McPherson, siendo sustituidos con acierto por el gran contrabajista occitano Pierre Boussaguet y el eficiente batería cubano Dafnis Prieto.

El concierto se inició con el tema que da nombre al disco, un extenso y enjundioso original de Colom que se benefició del cante original y lleno de pureza de Rosario Guerrero La Tremendita, todo un descubrimiento. Para, a continuación, y ya sin la cantaora, atacar dos temas interrelacionados, ‘De ida’ e ‘Y vuelta’, en los que el trompe- tista rayó a gran altura, muy bien secundado por un Chicuelo en estado de gracia.

A partir de ahí, el grupo abordó unas cuantas versiones, empezando por una más que sorprendente adaptación de ‘Toulouse’, un temazo de Claude Nougaro que arrojó entre otros un solo de saxo soprano de muchísimos quilates a cargo del jovenGabriel Amargant. Luego caería otra remarcable aunque un pelín larga versión, en este caso del ‘Sanctuary’ de Wayne Shorter rescatada del legendario Bitches brew de Miles Davis. Antes de rematar la sesión con una magnífica relectura de ‘Zyriab’ de Paco de Lucía, engrandecida por un extraordinario solo del pianista cubano Aruan Ortiz.

Dado lo visto y oído, no cabe duda de que Evocación es a todas luces un trabajo de jazz jondo y redondo que nos acerca al mejor Raynald Colom, muy fino con la trompeta y pletórico como creador.