Shouka Mariem Hassan

La líder saharaui presenta su nuevo disco Shouka, la espina clavada en el corazón de los saharauis
Mariem Hassan responde al discurso de Felipe González a los saharauis de 1976
02-12-2009

Mariem Hassan regresa con un disco maduro, pensado y dedicado a su pueblo. Tras más de cuatro años luchando contra las secuelas de su operación, la cantante reflexiona sobre un abanico de cuestiones que mantienen su existencia en un cotidiano sinvivir.

Shouka -que significa “espina" en lengua hassani- ha sido editado por el prestigioso sello Nubenegra. Y Shouka es también el título del tema principal del disco qu supone una experiencia inédita en la música saharaui. Mariem aprovecha la oportunidad que le brinda la publicación de una nueva obra musical para quitarse esa espina que, como todos los saharauis, lleva clavada en el corazón: el discurso que Felipe González pronunció el 14 de noviembre de 1976 en una visita a los campamentos de refugiados en la Hamada argelina.

Y lo resuelve de una forma magistral, organizando las nueve respuestas a los nueve párrafos de que consta el discurso en una cantata, la primera de la que tenemos constancia en el ámbito del haul. Una suite que recorre de principio a fin las gamas y los ritmos de la singular música saharaui. El poeta Lamín Allal ha sabido concretar en las contestaciones en hassanía a Felipe González de un modo certero, desde el reconocimiento inicial hasta la explosión última de rabia y desamparo, pasando por la ironía y el desprecio.

Mariem Hassan, que actualmente reside en Sabadell (Barcelona), viaja periódicamente a los campamentos, siempre que sus compromisos internacionales se lo permiten. Allí tiene una parte importante de su familia: su madre, ya muy mayor, y varios hermanos. Adonde no puede viajar es a los territorios ocupados por Marruecos, en los que habita el resto de la familia.

Para unos y otros hay canciones. Para su madre, una cariñosa ‘Alu ummi’, disfrazada de conversación telefónica. Para su hijo menor ‘Salem’, un canto jovial, lleno de esperanza tras los sufrimientos de una infancia y una pubertad marcadas por la enfermedad. Para todos aquellos que viven bajo el yugo alauita dos canciones impresionantes: el canto desgarrado por tantas niñas maltratadas y agredidas por los invasores, plasmado en ‘Tefla madlouma’ y el homenaje al barrio más luchador del Aaiún, ‘Maatal-la’, que seguro muy pronto sonará en sus calles. Para los compañeros, músicos y artistas, la canción que abre el disco ‘Azzagafa’ (la cultura), para que no cejen en el doble objetivo de mantener vivo el hilo que los une a la tradición y de combatir con sus creaciones al enemigo. Y también el recuerdo cariñoso al que fue su guitarrista y amigo durante muchos años, ‘Baba Salama’, muerto de leucemia en 2005. Y, cómo no, un puñado de canciones tradicionales remozadas, que sin perder sus raíces en el Azawan, brillan ahora con nuevo brío. Cantos de boda del Medej, o simples recuerdos de parajes hoy inaccesibles.

La base musical reposa en las sólidas manos de Vadiya Mint El Hanevi percusionista, bailarina, jaleadora y corista; de Lamgaifri Brahim, guitarrista, y de la propia Mariem. Con ellos el haul está a salvo. Completan el grupo el guitarrista senegalés Malick Diaw; los españoles Kepa Osés (bajo), Hugo Westerdahl (bajo), Josemi Sánchez (guitarra) y Jai me Muñoz (flautas); los iraníes Behnam Samani (daff y tonbak) y Davood Varzideh (ney) y el percusionista cubano-ahitiano Mel Seme.
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