Akixí Jordi Gaspar

El bajista Jordi Gaspar se estrena en solitario con ‘Akixí’
Conocido por acompañar a artistas como Maria del Mar Bonet o Tete Montoliu, Gaspar busca su propia voz en un disco muy personal
Virginia Arroyo
21-09-2010

La ópera prima del prestigioso bajista Jordi Gaspar no podría ser más íntima: él solo con su bajo acústico interpretando composiciones propias en un hórreo gallego. No cuesta imaginárselo sentado en un rincón, acurrucado en la penumbra con su instrumento, acariciando cada nota para luego dejarla respirar, con la cara iluminada por tres rayos de sol que se han colado, furtivos, por entre la vejez de la madera de un castaño bicentenario. Pocos escenarios se le antojan a uno más apropiados para acoger este 'Akixí'. En la misma habitación donde en tiempos se guardaban los quesos, la miel y el trigo, Jordi Gaspar perfila un disco que recoge ese sabor mediterráneo y lo vierte en trece temas de aire cálido y fresco, melancólico y pausado. Uno de esos álbumes que se deja escuchar sin ningún esfuerzo pero que se disfruta mejor con atención y sin prisas, saboreando cada pasaje, dejándose embelesar por su precisión narrativa, por el aroma que desprende cada silencio. Claro que, como en todo buen caldo, parte del peso de 'Akixí' reside en el posgusto: una nota de madera en la parte posterior del paladar, una sensación de paz y bienestar, la convicción de haber vivido por unos instantes en el limbo de un reloj sin segundero.

Pese a contar solamente con una guitarra bajo y, ocasionalmente, un contrabajo, no es éste un ejercicio de virtuosismo teatral y desenfrenado. A Jordi Gaspar no le interesan las virguerías ni los slaps. Tampoco le va la reproducción milimétrica de clásicos o la concatenación de frases mecánicas de memoria. Por eso en su debut deja a un lado su experiencia junto a maestros como Serrat, Maria del Mar Bonet, Tete Montoliu o Lucho Gatica para centrarse en sí mismo y en la composición de once temas donde investiga y refleja su yo más profundo. La única tregua que se concede en esta expedición introspectiva son dos versiones: "Arabesque" de Debussy y "Cançó per Bubu" de Jordi Bonell. Todo ello conforma un disco detallista y contemplativo donde Gaspar juega con las texturas y la densidad de su bajo saltando de un estilo a otro, sin someterse a la tiranía de las etiquetas, inventándose algo que, de existir, podría llamarse jazz de autor.

Porque, como el propio Gaspar afirma, primero es persona, luego músico y después bajista. Y así lo demuestra 'Akixí', una colección de temas en los que la persona, el música y el bajista se desnudan, se miran al espejo e indagan en los lugares más recónditos de su ser para descubrirse un poco más. ¿La conclusión? El propio título la resume: que está aquí y que es así ("així", en catalán). La elocuencia de esta definición casi tautológica sólo la apreciarán cuando le den al "play".
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