Con siete discos a su nombre y en un mundo donde no abundan las voces masculinas, Daniel Cros es un artista con una dilatada trayectoria. Rumba catalana, pasodoble, cha cha cha son algunos de los ritmos con los que nutre una serie de originales que suenan a canciones de ida y vuelta. Sus viajes a México y a Cuba han aportado a Cros un importante bagaje transoceánico que ilumina un material arreglado por Joan-Albert Amargós y Enric Palomar para el cual ha contado con músicos cubanos y con la cantante brasileña Yara Beilinson.

El barcelonés Daniel Cros es un cantautor, pero no el típico cantautor con el que estamos acostumbrados a encontrarnos en nuestro país. Él toma fuerzas de lo realizado por artistas como Paul Simon o David Byrne y le suma el espíritu camaleónico de David Bowie para dar lustre y distinción a una propuesta pop que a su vez bebe de muy diversos estilos.

  Así, en Aquello Era Entonces, esto Es Ahora (su séptimo LP), Daniel Cros se atreve con géneros como la balada, la rumba, el chachachá, el son y hasta el pasodoble (en ocasiones teñidos con pasajes de jazz suave gracias a contrabajos, pianos y baterías muy bien empleados, como en "Siempre Es Demasiado Tiempo") para dar entidad musical a unas letras rebosantes de vida. Sin embargo, lo grande de este disco es que, a pesar de apoyarse en muchas ocasiones en ritmos de allende el Atlántico, suena fuertemente "mediterráneo" (tal y como comentaba el propio Cros en la reciente entrevista publicada en esta misma revista digital) y muy bien llevado a la idiosincrasia del artista.  

  En definitiva, este es un trabajo que te devuelve la fe en un género como la canción de autor que en no pocas ocasiones ha mostrado en España un punto de extenuación debido a la repetición de esquemas y una cierta sensación de rutina. Un álbum sencillo, directo e interpretado con muy buen gusto.  

El cantautor barcelonés Daniel Cros se acerca a Murcia para presentar a solas su flamante séptimo álbum, 'Aquello era entonces y esto es ahora', un disco que propone “un viaje multicolor a través de la rumba, el son, el cha cha cha o el pasodoble”. En sus inicios fue vocalista de Brighton 64, quién lo diría.

Hay días en los que uno se levanta de mal café y otros en los que la cara se muestra tan soleada como el día que lo acompaña. Pero aunque las condiciones del tiempo influyan, hablar con alguien debería ser tratado de un arte digno de cultura. La charla, la calma, la luz, el tiempo… y Daniel Cros son perfectos para esa comunión. Sí, el músico saca su séptimo álbum, titulado Aquello era entonces, esto es ahora (Rosazul, 2013), pero a veces hay detalles que pueden pasar a un segundo plano cuando la oración es más que la canción.

No lo tuvo nada fácil Daniel Cros en la presentación de éste su séptimo disco, Aquello era entonces y esto es ahora (Rosazul 2012). Además de jugar en plaza ajena, el barcelonés escogió el martes previo a la Semana Santa, en medio de un persistente periodo de lluvias que poco anima a salir, y con el partido de fútbol de turno en televisión a la misma hora.

Pese a todo ello, como buen músico profesional habituado a éstas y otras lides, nos regaló a los asistentes un velada entretenida, llena de buena música y con un mensaje cálido y cercano.

La presencia de público fue escasa, como era previsible, y pese a estas duras circunstancias Daniel ofreció un concierto rico, con el apoyo de unos músicos más que solventes respaldándole, y alternando el piano de cola (sí, Clamores dispone de piano, aviso a navegantes) con la guitarra acústica. Y en todo caso, con una voz muy personal que no deja de llamar la atención.

La música de Daniel sabe encontrar el equilibrio entre el romanticismo, la ironía y las historias cotidianas que realmente nos interesan, sin caer en lo obvio ni en la ñoñería. Hizo un emotivo homenaje con la canción que dedicó a su abuelo emigrante (“Sangre del sur”), nos propuso algún que otro viaje, y nos relató la anecdótica historia del tema principal de este disco, “Fortuna de haberte conocido”, cuyo título surgió de una pintada en un puente de Brooklyn y cayo en sus manos tras varios vericuetos.

Todo ello enmarcado en ritmos eminentemente latinos, como hemos comentado al revisar los discos que ha ido editando, en un estilo que bordea el latin jazz sin caer plenamente en el mismo, pero con un claro dominio de las técnicas musicales de esta música. Respaldándole, un sólido trío de batería, contrabajo elétrico y trompeta / fliscorno, que delatan el estilo preferido de este músico eclético.

Sin duda, un músico con el que compartir una buena velada en días lluviosos.