ABC
Manuel de la Fuente
Article
20-04-2010
Totó la Momposina reflexiona sobre su carrera y sobre la tradición musical en su tierra
Tropicana FM
Redacción
Article
20-04-2010
Radio Gladys Palmera
Redacció
Article
19-04-2010
La intérprete folclórica Totó La Momposina presenta su más reciente trabajo, ‘La Bodega’, del cual hablará con Gladys Palmera.
La mundialmente reconocida compositora y cantante recorre España para la presentación europea del disco La Bodega. Álbum editado por Astar Music y distribuido en España por Harmonia Mundi, La Bodega ofrece una sucesión de porros palitiaos, cumbias, zambapalos, merengues y abozaos cargados de la energía proverbial de Totó, e incluye una versión de un clásico de la música colombiana contemporánea, Yo Me Llamo Cumbia, de Mario Gareña. Nacida como Sonia Bazanta, Totó es de Talaigua, antiguo corregimiento que pertenecía a la jurisdicción de Mompox, la mítica ciudad del oro en el río Magdalena, de donde tomó su nombre artístico. Defensora acérrima de la cultura afrocolombiana, Totó siempre ha tratado de mostrar el lado menos conocido del llamado "folclor costeño" con ritmos como la danza de garabato y la música de sexteto. Su nombre, sin embargo, se hizo popular en el exterior antes que en su país, debido en gran parte a la labor de John Hollis, productor hacia 1992 de Real World y actualmente al frente de Astar Artes. El mismo Hollis fue el encargado de mostrar las impactantes cualidades de la artista, que hoy es considerada como la Reina de las Cantadoras en Colombia. Las grabaciones y conciertos de Totó están siempre llenos de poética indígena y de profundos toque de tambor a cargo de su hijo Marco Vinicio Oyaga. Para complementar esta gira, aunque en otro momento, Casa América de Madrid ha organizado para el 19 de abril la proyección del filme La Cantadora. Se trata de un documental de 58 minutos rodado en 2005 durante los conciertos de Totó La Momposina en el Womad Festival en Reading, Inglaterra, y en Cartagena de Indias, Mompox, Talaigua y Barranquilla, en Colombia. Su realizador es Jake Holmes (autor también de otra cinta sobre Totó, La Colombiana: Passing The Torch), uno de los más reconocidos cantautores de folk-rock de todos los tiempos, e incluye entrevistas con el legendario compositor Pablo Flórez. Totó se presentará además el 17 de julio en el festival La Mar de Músicas.
Elespectador.com (Efe)
Javier Nieto
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19-04-2010
Mientras la cantante presenta su álbum, este lunes se exhibirá en Madrid el documental ‘La Cantadora'.
El Paso | Univisión
Agencia Efe
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19-04-2010
El ideal
Efe
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19-04-2010
El Colombiano
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19-04-2010
La cantadora colombiana Totó la Momposina volvió a España con las gaitas y tambores con los que les canta "al sol, a la luna y a las estrellas", para presentar un nuevo disco y una película, y con el anuncio de su presencia en el próximo festival de cine de Cartagena La Mar de Músicas.
Totó la Momposina dice que su nombre de pila, Sonia Bazanta Vides, sólo lo usa "para salir o entrar de los países", porque ella siempre es Totó, como la llamó desde pequeña su padre, un zapatero artesano y músico de Talaigua, su pueblo natal, en Santa Cruz de Mompós, Bolívar.
En una entrevista con Efe en Madrid, una Totó vital y explícita recuerda que pisó España por primera vez hace más de tres décadas cuando visitó Moguer, en Huelva (sur).
Y ahora vuelve por enésima vez para presentar La Bodega, su último disco, en el que ofrece los ritmos de esa "música de identidad" costeña colombiana que ella se ha encargado de cantar y bailar por todo el mundo: cumbias, zambapalos, porros o merengues.
El título del disco recuerda las bodegas o almacenes portuarios de la costa colombiana a donde llegaban todas las mercaderías que trasladaban los barcos de ultramar.
De esas bodegas, dice Totó, "salió la música de remembranza", la de sus ancestros, una música que es "como los hombres, como la vida y el universo; con su proceso de evolución".
Con esa "evolución" se refiere la folclorista a la fusión de instrumentos como la guitarra con los instrumentos básicos de la música de su pueblo: las gaitas y los tambores.
Se trata de "encontrarle" al instrumento nuevo "la manera de que se fusione con el sentimiento y las armonías tradicionales" para que el resultado quede plasmado de manera "honrosa y digna" con la música de Colombia.
Esas gaitas y tambores fueron siempre los instrumentos que acompañaron a las palmas y a los coros en los bailes con los que los autóctonos "hacían relación cantada de lo cotidiano".
Su música
A esos instrumentos, cuenta Totó la Momposina, se unió años después el acordeón, un instrumento que llegó en los barcos y pasó de estos a las bodegas para ser utilizado en los "bailes cantados" que años después dieron lugar al vallenato, una música colombiana que se ha hecho más popular en el mundo.
Totó la Momposina insiste en que La Bodega es un ejemplo de cómo ella "jamás se aparta de la verdadera esencia y del corazón de la música" de su pueblo, de los tambores y las gaitas "que convocan a respetar la tierra" y que los indígenas utilizaban "para comunicarse con la madre naturaleza".
Los temas de La Bodega contienen la "identidad" que divulga ella en la música alegre y descriptiva de su pueblo; "la representación del arraigo que -dice- se manifiesta a través de expresiones como el baile, el cante, el amor, la cocina, el habla..., todas las cosas que te permiten saber de dónde vienes...".
Del documental La Cantadora, Totó la Momposina explica que se trata de un reportaje hecho por unas gentes "que se deleitaron con el sentimiento" que hay en la zona de Mompox y que contiene "una parte de las vivencias" de la artista, porque, como añade, "la vida de uno no se recoge en una hora".
Aunque la cantora diga que ella es "más de escenarios que de discos", su obra está recopilada en obras como Cantadora, La Candela Viva, Carmelina, Pacantó, Gaitas y tambores, Total y otro que está en preparación.
Diario Sur
Javier Nieto-Remolina
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19-04-2010
Madrid, 19 abr (EFE).- La cantora colombiana Totó la Momposina ha vuelto a España con las gaitas y tambores con los que les canta "al sol, a la luna y a las estrellas", para presentar un nuevo disco y una película, y con el anuncio de su presencia en el próximo festival cartagenero La Mar de Músicas.
Totó la Momposina dice que su nombre de pila, Sonia Bazanta, sólo lo usa "para salir o entrar de los países", porque ella siempre es Totó, como la llamó desde pequeña su padre, un zapatero artesano y músico de Talaigua, su pueblo natal, en Mompox, sobre el río Magdalena.
En una entrevista con Efe en Madrid, una Totó vital y explícita recuerda que pisó España por primera vez hace más de tres décadas cuando visitó Moguer, en Huelva.
Y ahora vuelve por enésima vez para presentar "La Bodega", su último disco, en el que ofrece los ritmos de esa "música de identidad" costeña colombiana que ella se ha encargado de cantar y bailar por todo el mundo: cumbias, zambapalos, porros o merengues.
El título del disco recuerda las bodegas o almacenes portuarios de la costa colombiana a donde llegaban todas las mercaderías que trasladaban los barcos de ultramar.
De esas bodegas, dice Totó, "salió la música de remembranza", la de sus ancestros, una música que es "como los hombres, como la vida y el universo; con su proceso de evolución".
Con esa "evolución" se refiere la folclorista a la fusión de instrumentos como la guitarra con los instrumentos básicos de la música de su pueblo: las gaitas y los tambores.
Se trata de "encontrarle" al instrumento nuevo "la manera de que se fusione con el sentimiento y las armonías tradicionales" para que el resultado quede plasmado de manera "honrosa y digna" con la música de Colombia.
Esas gaitas y tambores han sido siempre los instrumentos que acompañaron a las palmas y a los coros en los bailes con los que los autóctonos "hacían relación cantada de lo cotidiano".
A esos instrumentos, cuenta Totó la Momposina, se unió años después el acordeón, un instrumento que llegó en los barcos y pasó de estos a las bodegas para ser utilizado en los "bailes cantados" que años después dieron lugar al vallenato, una música colombiana que se ha hecho más popular en el mundo.
Totó la Momposina insiste en que "La Bodega" es un ejemplo de cómo ella "jamás se aparta de la verdadera esencia y del corazón de la música" de su pueblo, de los tambores y las gaitas "que convocan a respetar la tierra" y que los indígenas utilizaban "para comunicarse con la madre naturaleza".
Los temas de "La Bodega" contienen la "identidad" que divulga ella en la música alegre y descriptiva de su pueblo; "la representación del arraigo que -dice- se manifiesta a través de expresiones como el baile, el cante, el amor, la cocina, el habla..., todas las cosas que te permiten saber de dónde vienes...".
Del documental "La Cantadora", que hoy exhibe en Madrid la Casa de América, Totó la Momposina explica que se trata de un reportaje hecho por unas gentes "que se deleitaron con el sentimiento" que hay en la zona de Mompox y que contiene "una parte de las vivencias" de la artista, porque, como añade, "la vida de uno no se recoge en una hora".
De Colombia y su política Sonia Bazanta prefiere no hablar mucho, aunque reconoce: "Tenemos el desorden de siempre, aunque en medio de eso hay gente buena que trabaja para sacar adelante el país con disciplina y honor".
Y de lo que a ella más le interesa, la música, lamenta que los colombianos, la radio, no divulguen ni se sientan orgullosos de su música, "como sí hacen los mexicanos pobres o ricos con sus rancheras".
Con esa música que Totó canta "para expresar el sentimiento" y "no para ser famosa" acudirá el 17 de julio al Festival de La Mar de Músicas, que Cartagena dedicará este año a Colombia.
El tiempo.com
Redacción
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11-03-2010
El jueves pasado, la cantante que celebra 50 años de carrera, presentó su álbum 'La
Bodega'. La cantante y folclorista recuerda episodios de su vida y habla sobre el deber ser de
la música.
Totó La Momposina (1948) siente la música como una misión y un deber con la historia.
Canta hermoso, nadie lo niega, pero más allá de eso, se ha hecho folclorista, busca
conexiones entre ritmos y tradiciones culturales y las va atesorando, como alimento para su
música.
Como investigadora, es estricta con el lenguaje: "la música de acordeón" no es lo mismo que
el vallenato, a lo que nosotros le llamamos folclor, ella le dice "música de la identidad".
Por ese análisis que suele aplicarle a todo lo que ve, Totó se da el lujo de dedicar cuatro años
a hacer un disco en el que quiere representar, con bases, el sonido Caribe colombiano que
empezó a gestarse desde el Descubrimiento de América.
Totó tiene en la mente siempre los mapas: los ríos, los caminos de herradura por los que
debieron llegar los trombones y los saxofones al interior del país, ya interpretados con el
sentir de cada lugar por donde fueron pasando haciendo fuerte la música de bandas de
viento que bien podría ser insignia de nuestro país.
Recogió mucho de estos sonidos colombianos en 'La Bodega', el CD que empezó a grabar
en Londres, el mismo que dejó, a medio hacer un rato, para venir al país a refrescar sus
emociones y luego trajo, para rehacerlo, con la calma de no estar fabricando algo de moda,
en estos cuatro años. A propósito de este álbum con el que también celebra sus 50 años
-quizás mas, dice ella- de carrera artística, Totó La Momposina recordó apartes de su larga
trayectoria.
'Pacantó' salió en el 2000 y 'Gaitas y tambores', en el 2002. ¿Por qué fue tan larga la
espera por este nuevo disco?
De 'La Bodega' se hizo la preproducción en Inglaterra, allá se quedó. Vine después y
descubrí que en Colombia, si no estás, no hay memoria cultural. La gente se olvida de uno.
Entonces, fundamenté una oficina. Pensé en comenzar de cero: hice audiciones para el
grupo. Algunos que venían conmigo se quedaron. Hay quienes tienen su tiempo y no crecen
más, y la música tiene que crecer permanentemente, para hacer su camino verdadero.
¿Cómo quedó entonces el grupo?
Tenemos diez. En la percusión seguimos igual. Pero los nuevos hacen trabajo de armonías y
vientos.
¿Qué buscaba?
En el mundo hay una organología musical. Si hablas de México, primero te muestran los
mariachis, después los tríos de cuerdas. Pero, al rededor de la ranchera han conformado una
música que seria como una sinfónica.
Aunque no tenemos la misma escuela, hay que involucrar todos los sonidos que tenemos en
la Costa. Y hay guitarras, vientos, tambores y canto, para crear un trabajo que tenga
relevancia.
La Vanguardia.com
Redacción
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20-03-2009
La poesía, las gaitas y los millos indígenas fueron reunidos con los tambores, maracas y guarachas de los esclavos
africanos, con la guitarra española y con el acordeón alemán en las llamadas bodegas, que eran grandes tiendas donde
los mercaderes descargaban sus productos. Fue allí donde nacieron las primeras bandas en el Caribe colombiano, las
que amenizaban los eventos sociales de tipo popular.
De ahí surge ‘La bodega’, el nuevo álbum de la canta’ora y folclorista Totó La Momposina, tras un largo silencio
discográfico de más de siete años y con el cual regresará a Europa a mediados de este año.
Ya son 50 dedicados a la música tradicional colombiana, impactando primero en el exterior, para luego ser reconocida
en su país como la señora canta’ora.
“Una canta’ora es un todo, es una mujer que pertenece al espacio y es consecuente con lo que le rodea, pero vino con
el don del canto y el don de la convocatoria”, afirma Sonia Bazanta, más conocida por Totó La Momposina.
Sin afanes, pero siempre vigente en los escenarios de Colombia y el mundo, La Momposina trabajó pacientemente
durante tres años en ‘La Bodega’, buscando rescatar los sonidos heredados de tan rico legado popular.
“Siento que es un compromiso por las diferentes vertientes que tengo en mi familia y, más profundamente, con un
legado cultural que está allí y que no hay que dejarlo perder, porque cuando se derrumba la casa, se derrumban los
cimientos de una identidad”, continúa la folclorista.
República independiente
Los sellos discográficos no dan espera. Fue así como Totó La Momposina recibió su carta de libertad, para ahora
emprender la aventura de hacer su música de manera independiente, con sus propios recursos y bajo su propio riesgo.
Según Totó, “ahora trabajando de manera independiente empiezo a entender muchas cosas del mundo de la música.
Entiendo que hacer un disco requiere de una gran inversión con muchos riesgos. Es una experiencia chévere. Me
involucré de lleno en lo que llaman la producción ejecutiva. Todo en la vida tiene un aprendizaje”. Reconoce que cada vez que llegaba a un nuevo escenario,
sus seguidores no dejaban de preguntarle cuándo volvería a grabar un disco.
“Las preguntas nunca faltaron, pero creo que mi carrera no ha estado fundamentada en la realización de los discos,
sino de los espectáculos y la participación en festivales. Mi carrera no está amarrada a la venta de discos porque soy
una artista de escenarios”, afirma la colombiana.
Hablando de escenarios, recuerda que hace poco leyó en un diario que ella había hecho mil conciertos. “Creo que se
quedaron cortos porque yo hice en el Radio Music Hall de Nueva York 385 conciertos en 1974. Seis años más tarde
hice en Rusia 185 conciertos. Imagine todo lo que he hecho desde esa época”, comenta entre risas.
Por eso se prepara para volver a Europa. “Allí tienen lo que nos falta a nosotros, una cultura para la cultura. Eso es una
gran ventaja, porque tienen un concepto claro de la cultura, los dirigentes tienen que saber de qué están hablando y no
son puestos políticos, entonces hay un desarrollo total”.
Agrega: “Hasta que tengamos claro que la cultura se maneja a través de conceptos de cultura, seguramente no saldrán
las políticas verdaderas de formación artística descentralizada. Hay que dejar de pensar que los conceptos culturales se
pueden imponer desde un escritorio en Bogotá, cuando cada pueblo maneja su propio universo cultural, con una
realidad propia y una identidad que hay que respetar”.
Dentro de La Bodega
Para Totó La Momposina ‘La Bodega’ es el encuentro de toda la información de sus influencias musicales que han
gestado su carrera de medio siglo. “Como canta’ora, estoy en la búsqueda para que esta música brille para la
posteridad”.
Dentro de las nueve canciones que hacen parte de ‘La Bodega’ se encuentra ‘Dueña de los jardines’, un tema escrito
por la propia Totó. “A todas las canciones uno le va poniendo versitos que nacen cuando la vas interpretando. Pero en
este caso particular me dejé inspirar y escribí una canción completa interpretada a ritmo de sexteto palenquero”.
Incluyó canciones de Pablo Flórez, Abel Antonio Villa, Adriano Salas y Mario Gareña, a ritmo de porro palitiao, cumbia,
zambapalo, merengue, abozao y afro.
Confiesa que le faltó incluir alguna de las 985 composiciones que realizó José Benito Barros, compositor habitual en
sus producciones, y quien decía que nadie mejor que Totó para interpretar sus canciones.
En el panorama actual de la industria discográfica tres años es bastante tiempo para una producción musical, pero la
canta’ora afirma que para los artistas el tema del tiempo no es valedero, “siempre hay todo el tiempo del mundo. No hay
impaciencia, sólo calma. La idea es que la gente sienta cómo nosotros hacemos la música con amor”.
Cada una de las canciones grabadas ha sido probada cientos de veces en el escenario, al cual Totó siempre llega con
su agrupación. “Estamos en pleno aprendizaje, porque buena parte de la agrupación son jóvenes, con grandes
inquietudes que hay que saber canalizar. Buscamos expandirnos y cada experimento musical siempre es con la idea de
ponerlo al servicio de la música tradicional colombiana y no al contrario”.
De ahí que la artista se atreviera en el escenario a invitar a la guitarra eléctrica, “siempre que se porte bien y esté al
servicio de nuestra música e identidad”.